HEXENSABBAT (2024)
Sexta entrega para los de Bremen, un nuevo trabajo cargado de un regusto añejo como nos tiene acostumbrados, de guitarras afiladas, rápido y directo, encontrando el equilibrio justo entre melodía y crudeza. Si en anteriores obras Lucifuge se había inspirado en estilos ochenteros como el thrash o el speed, en este nuevo trabajo no lo es menos, ofreciendo un soberbio ejercicio de guitaras una vez más. El ritmo en lineas generales es elevado, el trabajo de batería es tremendo, con un ritmo alto que empuja desde el inicio, recreándose en algunas secciones para forzar registros con más groove, en donde las guitarras lucen en su faceta más melódica. Las guitarras son precisas y crudas, creando junto con el bajo una masa informe perfectamente engrasada, precisa a la hora de desgranar unos riffs portentosos que nos trasladan a la rabia y al intensidad de estilos como el thrash, el speed o el heavy, crudos y directos unas veces, aunque conservando un trasfondo ese tono melódico de segundas capas de guitarra que acaba por imponerse desde lo más profundo de la mezcla. Las voces siguen adaptándose a un terreno ciertamente clásico, oscuras y frías unas veces y otras más profundas, casando a la perfección un sonido crudo que tanto puede recordar al black como al thrash. en definitiva, Lucifuge regresa con un nuevo álbum que se mantiene firme en ese tono de sonido clásico, sabiendo encajar perfectamente la fuerza y la intensidad de estilos como el thrash, con un tono heavy, sin que por ello tengan que renunciar a la oscuridad y profundidad del black, mezclando crudeza y melodías a partes iguales, eso si, las influencias retro en su sonido son innegociables. (8,4).
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