SACRIFICE (2024)
Sexta entrega para los de San Petersburgo, un nuevo álbum que lleva, si cabe, todavía más al extremo lo expuesto en anteriores obras a lo largo de sus ochenta y seis minutos de inmersivo sondio black ambient. Olhava siempre se ha caracterizado por la facilidad que tiene para crear un paisaje sonoros con cierto carácter lo-fi, pero que trasmite esa sensación de vacío y soledad, muy cercano a las fuerzas de la naturaleza y que esta vez no iba a ser menos, en un álbum que no habla de la redención después de sacrifico y de la muerte, como despojarnos de lo superficial para volver a renacer, como la muerte de lo antiguo sirve para el nacimiento de lo nuevo. En esta ocasión los rusos llevan a mayor extremismo su propuesta, con mayor abundancia de pasajes sonoros repletos de un instrumentación muchas veces repetitiva que que se va solapando y entregando a sonidos que tanto tiene que ver con pasajes ambientales, como post y ese gusto por elementos que tiene que ver con el shoegaze. Estos desarrollos tan extensos permite que aumente la sensación de soledad y vacío, al mismo tiempo que nos vamos sumergiendo en las profundidades de la naturaleza, como si la descomposición que acompaña a la muerte de un ser vivo nos fuera atrapando y hundiendo en la tierra, como un viaje sin retorno. Si que es cierto, que esta mayor duración de los temas, permite a Olhava traspasar algunas fronteras que hasta ahora no se había atrevido a mancillar y a ese carácter mucho más agresivo y frío de antaño se le han unido elementos mucho más ambientales de forma descarada, todo ello encaminado a lograr una ambientación mucho más lograda, conservando siempre esa esencia post y shoegaze como base, sobre todo presente en los arrebatos más directos, en donde aún conservan cierta rabia, pero no es menos cierto que hay también un carácter perturbador y de mayor melancolía en los movimientos más ambientales. Ningún seguidor de Olhava se va a sentir defraudado con un trabajo como este "Sacrifice", en esencia el sonido es reconocible, pero también nos muestra una inquietud por su parte hacia terrenos más inmersivos. (7,6).
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