BOEZEM (2024)
Los holandeses viene a darle continuidad en forma de larga duración al compartido editado con Impavida hace cosa de cuatro años, ofreciendo un sonido que acaba de eclosionar en todo lo que ya podíamos lograr vislumbrar en aquel compartido. Con un acertado equilibrio entre una base de black emtal de ritmos explosivos y con secciones de guitarras intensas y poderosas, con un trasfondo tanto de rabia como de oscuridad que lleva a otros terrenos lo que inicialmente se había descrito como black atmosférico. Sin embargo pronto comienza a envolvernos sentimientos de angustia y desazón cuando la música se adentra por una maraña de contrastes, desde esa base de black más tradicional, estilos como e post black metal va ganando terreno, haciendo que los desarrollos se muestren mas complejos, con un indiscutible peso de las guitarras en terrenos más elaborados, al mismo tiempo que la intensidad puede llegar disfraza de un componente punk que fluye desde las profundidades, o sin ir más lejos, en algunas partes el shoegaze también se suma a la mezcla para dar idea de la amalgama de estilos, hasta me atrevería a hablar de un tono industrial que por momentos parece querer asomar. Otro aspecto que ha ganado enteros de una forma sobresalientes son las voces, de la mano de Famke, van impregnando todas las composiciones de un tondo sombrío adoptando una faceta de voces limpias, con cierto carácter melódico pero que tiene un trasfondo de oscuridad y rabia que se mantiene inalterable en todo el álbum. Un primer álbum en donde los componentes de Vuur & Zijde abandonan en cierta forma lo que ofrecen en las otras bandas de las cuales forman parte, para editar un álbum con un montón de influencias, muchas de ellas ajenas del propio black metal, pero que saben construir un álbum en esencia de black atmosférico, repleto de quiños a diferentes estilos e influencias. (7,8).
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